La sombra que sustenta los días


Todos los días, me propongo cambiar mi mal carácter. Sin embargo, sólo cambian los días.

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Si los libros son vida, ¿por qué son, al parecer, tantos los cadáveres?

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La tristeza me acompaña siempre. ¿Acaso es ella mi verdadero ángel de la guarda?

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La fe no sólo mueve montañas, también las destruye.

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Se suceden los días y no me encuentro en ellos, soy la sombra que los sustenta.

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Volvamos al génesis de todo y hallaremos la nada, el vacío.

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No es momento de lamentaciones. Se pierde lo que no se ha sabido amar hasta el fin de nuestros días.

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Siempre creí que los inviernos hacían fuertes a los hombres, ahora sé que sólo los hacen fríos.

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Perdonó a los amantes mientras caía vertiginosamente desde la trigésima plantas de los Apartamentos Paraíso.

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Allí donde estén, todos los verdugos son iguales, y distintas las víctimas.

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Si la verdad existe, ¿por qué la oculta la noche?

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Después de una tempestad, viene otra.

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Supe, diez días después de haber cumplido cuarenta y ocho años, del verdadero dolor de los vencidos.

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¡Aleluya! ¡Aleluya! Me he visto en el espejo, y no me he gustado.

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De noche, todos los hombres son necios.

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José Antonio Santano, Estación Sur. Alhulia, Granada, 2012. 110 páginas.





NEILA Y LA ESCRITURA FRAGMENTARIA

Pensamientos de intemperie constituye una excelente ocasión para constatar que el género aforístico en España está en buenas manos, y se encuentra muy lejos de ceder a los cantos de sirena de la facilidad y el ingenio barato, proporcionándonos por el contrario numerosas ocasiones para el deleite intelectual, estético y moral. No en vano, este libro no ha sido escrito en un rapto de la inspiración momentánea, sino que es una amplia y cuidadosa selección de los cuadernos que, durante años, ha ido escribiendo Neila, poseedor de un dominio de la técnica fragmentaria y profundor conocedor del género. El resultado debe calificarse de un completo acierto. LEER MÁS

ELOGIO DEL AFORISMO

Un aforismo puede ser una minúscula obra maestra. Cuando el humorista Lichtenberg apunta "Aquel hombre era tan inteligente que casi no servía para nada", hace una broma inolvidable. Al escribir el sutil Joubert "Cuando mis amigos son tuertos los miro de perfil", dice en pocas palabras algo admirable. El aforismo del cáustico Chamfort "Sé mi hermano o te mato", hace una crítica profunda a los excesos de la Revolución Francesa. Los aforismos en su brevedad demuestran la increíble fuerza de las palabras. LEER MÁS

MARZAL Y EL ECOSISTEMA DE LAS PARADOJAS

La arquitectura del aire (el primer libro de aforismos del poeta y narrador Carlos Marzal) está plagada de paradojas, al menos en apariencia. Puede que las tres cuartas partes de los aforismos contenidos en este libro sean paradójicos: retruécanos, juegos invertidos, afirmaciones que, al asomarse a su propio espejo, cambian de sentido... La técnica incluso se hace, por momentos, fatigosa, incurriendo en cierto automatismo, como el propio Marzal no puede dejar de constatar: "Si no es algo y su contrario, apenas me interesa". Claro que eso extraña muchos riesgos... LEER MÁS

BLANCHOT Y EL AFORISMO COMO ALIANZA

Según Blanchot, el aforismo obliga al lenguaje a traicionar la tiranía de la conciencia y a erigirse él mismo como objeto puro del pensamiento, como existencia autónoma de las palabras. Más aún: el aforismo conserva la fuerza esencial de la experiencia sólo porque suscita en las palabras un movimiento reflejo que, a su manera, rinde un homenaje (póstumo, eso sí) a la simultaneidad de esta experiencia. El aforismo no trata de traducir en palabras la experiencia, sino al contrario, pretende suscitar de las palabras una forma de vivencia original y, al mismo tiempo, absolutamente monstruosa: la de la catástrofe del lenguaje, el cual ha renunciado a dar cuenta del mundo y trata, a cambio, de construirlo (pieza a pieza) de nuevo. LEER MÁS

LANÚS, PORCHIA Y LA VERDAD DE LA ASTILLA

Argentino como él, Alejandro Lanús utiliza la contradicción porchiana como método de investigación de aquello que le obsesiona: “Todo me habita, excepto yo”. Esta utilización técnica de la contradicción no solo encuentra verdades inéditas en los arabescos del lenguaje, sino que dinamita lo que consideramos como lógico para hacer ver las trampas de las palabras y el coto reducido que la lógica misma tiene sobre la realidad. “Las alturas bajan, subiendo”, decía Porchia, aquel hombre extraordinario que vivía con la misma gravosa austeridad su propia existencia y su relación con las palabras. LEER MÁS

FRAGMENTO VS. AFORISMO

El aforismo o el axioma defienden la inmediatez del objeto del conocimiento ante la conciencia (aunque su naturaleza sea oscura, como en Heráclito); la del fragmento establece una dificultad apriorística en la capacidad del sujeto por aprehender el objeto. La diferencia estriba en el verbo ser. Desde el punto de vista del conocimiento, el aforismo trata con la realidad de forma directa, conformando su idea previa de que existe un contacto inmediato entre el objeto de conocimiento y el sujeto que lo aprehende; mientras que el fragmento, indirecto, incompleto y dubitativo, oscila con respecto de la posición del sujeto ante su objeto. LEER MÁS

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