Ironías de Ramón Eder



Nadie es tan poca cosa que no ocupe exactamente el centro del universo.

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El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.

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Los escritores son esas personas que tienen un "yo" de tomo y lomo.

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Si nos alejamos mucho de una tentación caemos en la siguiente.

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Todo rey parece bueno en el exilio.

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Las amistades nocturnas parecen sólidas, pero suelen ser líquidas.

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No ir al teatro es una forma de hacer crítica teatral.

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De las depresiones sólo se puede salir sonriendo.

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Las estatuas no alcanzan la perfección hasta que son mutiladas por el tiempo.

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Ir llorando por el camino de la verdad tiene menos mérito que ir sonriendo.

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Cuando pasa cierto tiempo uno se da cuenta de que todos los periódicos son amarillos.

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Las mujeres hermosas no tienen remedio.

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La inteligencia, a partir de cierto grado, se vuelve inevitablemente humorística.

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Hay que conseguir que el dolor produzca una perla.

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(De La vida ondulante, Renacimiento, 2012)




NEILA Y LA ESCRITURA FRAGMENTARIA

Pensamientos de intemperie constituye una excelente ocasión para constatar que el género aforístico en España está en buenas manos, y se encuentra muy lejos de ceder a los cantos de sirena de la facilidad y el ingenio barato, proporcionándonos por el contrario numerosas ocasiones para el deleite intelectual, estético y moral. No en vano, este libro no ha sido escrito en un rapto de la inspiración momentánea, sino que es una amplia y cuidadosa selección de los cuadernos que, durante años, ha ido escribiendo Neila, poseedor de un dominio de la técnica fragmentaria y profundor conocedor del género. El resultado debe calificarse de un completo acierto. LEER MÁS

ELOGIO DEL AFORISMO

Un aforismo puede ser una minúscula obra maestra. Cuando el humorista Lichtenberg apunta "Aquel hombre era tan inteligente que casi no servía para nada", hace una broma inolvidable. Al escribir el sutil Joubert "Cuando mis amigos son tuertos los miro de perfil", dice en pocas palabras algo admirable. El aforismo del cáustico Chamfort "Sé mi hermano o te mato", hace una crítica profunda a los excesos de la Revolución Francesa. Los aforismos en su brevedad demuestran la increíble fuerza de las palabras. LEER MÁS

LAS LATRIPATÍAS DE AGUIRRE & UBÉ:
UNA AUTOPSIA AL SENTIDO COMÚN

Las sentencias literarias de Javier Aguirre le hacen una autopsia al sentido común, son juegos recomendados a la sinrazón que el ilustrador José Manuel Ubé sabe plasmar con maestría. Las palabras de Aguirre se funden con los collages de Ubé, y así se convierten de súbito en amantes imposibles, idénticos a aquéllos que en los libros viejos están condenados a sacarse los ojos y a llorar más tarde sobre la almohada. No se pueden leer estas Latripatías a ciegas, no se pueden observar sin que te asalten las ganas de recitar. La obra forma un todo, los sentidos se funden y agrandan, la vida se pone del revés cuando te detienes un momento a pensar en nada. Un libro, en definitiva, para locos que están hartos de creerse cuerdos. LEER MÁS

BLANCHOT Y EL AFORISMO COMO ALIANZA

Según Blanchot, el aforismo obliga al lenguaje a traicionar la tiranía de la conciencia y a erigirse él mismo como objeto puro del pensamiento, como existencia autónoma de las palabras. Más aún: el aforismo conserva la fuerza esencial de la experiencia sólo porque suscita en las palabras un movimiento reflejo que, a su manera, rinde un homenaje (póstumo, eso sí) a la simultaneidad de esta experiencia. El aforismo no trata de traducir en palabras la experiencia, sino al contrario, pretende suscitar de las palabras una forma de vivencia original y, al mismo tiempo, absolutamente monstruosa: la de la catástrofe del lenguaje, el cual ha renunciado a dar cuenta del mundo y trata, a cambio, de construirlo (pieza a pieza) de nuevo. LEER MÁS

FRAGMENTO VS. AFORISMO

El aforismo o el axioma defienden la inmediatez del objeto del conocimiento ante la conciencia (aunque su naturaleza sea oscura, como en Heráclito); la del fragmento establece una dificultad apriorística en la capacidad del sujeto por aprehender el objeto. La diferencia estriba en el verbo ser. Desde el punto de vista del conocimiento, el aforismo trata con la realidad de forma directa, conformando su idea previa de que existe un contacto inmediato entre el objeto de conocimiento y el sujeto que lo aprehende; mientras que el fragmento, indirecto, incompleto y dubitativo, oscila con respecto de la posición del sujeto ante su objeto. LEER MÁS