El lector a la intemperie

Pablo Rumel Espinoza.- Cada vez que oigo que la supresión del IVA es una política que fomenta la lectura, saco mi revólver.  Presumo que aquellos que sostienen este falso silogismo deben ser mediocres lectores, o que quizás desconozcan totalmente que existe un circuito de lecturas alterno, o paralelo si se quiere, al hecho tradicional de acceder a la lectura por medio del intercambio económico.

Cuando yo era un joven universitario, pobre, y requería, por curiosidad o necesidad espiritual leer a un autor u obra específicos, buscaba incesantemente en las bibliotecas públicas, en los saldos, en las ferias libres, en las librerías de viejo, e incluso en el intercambio.  No me da vergüenza admitir que también fotocopié libros o los descargué de internet, pero eran generalmente obras inencontrables o descatalogadas. Una vez, incluso, teniendo la necesidad imperiosa de leer a Juan Francisco Ferré (que en Chile debe tener a uno o tres lectores), y al descubrir que ni siquiera en librerías especializadas tenían su obra (se trataba de Providence), escribí una petición a la Biblioteca de Santiago para que lo trajesen. Sospecho que es un método de adquirir lecturas que muy pocos conocen o utilizan. El asunto es que en menos de un mes, ¡tan! El libro aparecía flamante en la sección de novedades, y casi una lagrimita derramé.

Una cosa es adquirir libros nuevos y caros pagando el IVA, y otra cosa diferente es adquirir lecturas.
El lector de verdad está fuera de toda economía, vive a la intemperie, como los bandidos o los salvajes. No habrá embargo, encomienda o traba que se oponga a su objeto de deseo, porque este es tan grande, la sed es tan terrible, que no existen impedimentos o azares que obstruyan su bendita obsesión, la consumición del vicio impune, como dijo cierto caballero alguna vez.


 El Aforista



LA AMARGA LUCIDEZ DE SÁNCHEZ FERLOSIO

Es la de Ferlosio la viva estampa de la renuncia. Ya hace mucho que se ha rendido. "Lo malo de los viejos es que ya no cambiamos de opinión", admite, aunque no se acaba de entender qué tiene de sabio empecinarse en el error. Y es que Ferlosio encarna a la perfección cierta forma de ejercer la hispanidad, que él mismo retrata con certeras palabas: "La desazón española no ha conocido nunca la esperanza, en su lugar pone una aceptación eternamente rencorosa". Rencoroso es el pecio ferlosiano, lúgubre, airado, sin ironía, crispado hasta lo cómico. LEER MÁS


EL ÁRBOL EN LA POESÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX

Libros al Albur acaba de publicar la antología El árbol en la poesía española del siglo XX, un ebook gratuito que incluye decenas de poemas sobre esta bella temática.
León Molina, el poeta y aforista cubano residente en España, ha escrito un emotivo prólogo
como invitación a su lectura y disfrute, que reproducimos con la autorización del autor. LEER MÁS


EL HOMBRE QUE SE INVENTÓ A SÍ MISMO

Que Bukowski perseguía una idealización catártica de una existencia gris y hasta patética queda avalado en que se convirtió a sí mismo en personaje literario: en (anti)héroe de... ficción. Henry Chinaski, alter ego del autor, protagoniza algunas de sus obras más reputadas, en cuyo odre vierte con desparpajo todos los atributos que él mismo no se atrevía a encarnar en la vida de todos los días. Se presentaba como adalid de los desarrapados, las prostitutas y los mendigos, pero él era millonario. En su libro sobre el autor de Factótum, Juan Corredor concluye con palabras que no dejan lugar a dudas: "Su afición a la marginalidad es impostada y está respaldada por una cuenta de ahorros". LEER MÁS


LA POESÍA COMO CELEBRACIÓN

El poeta Antonio Reinoso Lamela se pregunta: "¿Tiene que cantar siempre el poeta a una pérdida, a lo que le falta para estar completo, a lo que está a punto de llegar pero nunca se nos da totalmente? ¿Tiene que ser la gran poesía una elegía, un lamento, o por lo menos un canto a la ausencia, a lo que se nos escapa? Hay ejemplos de lo contrario. El mejor Jorge Guillén, el de Cántico, que hace de la poesía un canto a la vida perfecta, a la absoluta belleza de todo". LEER MÁS


LA ÚLTIMA METAMORFOSIS 
DE OSCAR WILDE

La carta que Oscar Wilde le escribe a Alfred Douglas desde la cárcel de Reading es más un breviario de espiritualidad más que una confesión, un sudario o una premonición biográfica. Aquí nos importa ahora su naturaleza de refutación de un equívoco, de patada a la superfluidad de cierto decadentismo de escaparate, más que su incidencia como punto de inflexión de un mito literario (y, como tal, condenado a la pequeñez de los manuales y de los fieles). El De profundis es un hito por lo que tiene de desafío de la tradición balsámica del arte: es, ante todo, un evangelio profano. LEER MÁS


JUAN RULFO : EL SILENCIO COMO OBRA DE ARTE

Tras publicar dos libros decisivos para la historia de la literatura hispanoamericana, Juan Rulfo amasó durante años su silencio. Lo trabajó como hacen los escultores con el mármol, la piedra o la madera. Lo trasladó a sus fotografías. Y así siguió trabajando su silencio hasta que llegó a ese punto en el cual el silencio se volvió algo impreciso como una luz que todo lo oscurece, pero ya Rulfo estaba en esa orilla donde nada importaba y donde el silencio fue a larga una obra de arte sólida en su fugacidad, una obra de arte que le robó tiempo a su escritura y a su vida. LEER MÁS


CONRAD Y EL SENTIDO DE LA AVENTURA

En una época como la nuestra, hombres del siglo XXI, que hemos despreciado (salvo contados casos) la dimensión existencial de la aventura, que se reduce en nuestros días a una parodia grosera en los llamados deportes de riesgo y los programas de las agencias de viajes organizados, volver a leer los relatos marineros (de entre los que destacan con fuerza La línea de sombra, Tifón o El corazón de las tinieblas) del escritor polaco, nacionalizado británico, Joseph Conrad significa recuperar una tesitura espiritual para la que, tal vez, ya hemos perdido toda esperanza. LEER MÁS


¿QUÉ SENTIDO TIENE LA LITERATURA?

Tal vez, la literatura es el único espacio donde las contradicciones no se crean ni se destruyen, sino que conviven y se transforman ante nuestros asustados ojos. La literatura es el deseo de nunca acabar. Pero, para llegar a este espacio indómito y fundacional, no basta con la pluma, la máquina de escribir o el ordenador personal; tampoco nos asegura el acceso a él una imaginación desgarrada, una habilidad técnica o un cierto compromiso con la tradición consolidada. No: para abarcar la raíz de la palabra y beber de las aguas de la inspiración original hay que dar un paso más allá. Pero... ¿hacia dónde? LEER MÁS


RILKE: PENSAR LO HONDO

Las Cartas a un joven poeta pueden ser consideradas un auténtico tratado de formación que, lejos de toda artificiosidad, acomete, en las diez misivas enviadas a F. Xaver Kappus, la tarea de tomarse en serio la vida, de hincar la existencia en lo profundo que constituye y nutre al ser humano. Cuando hoy las aristas del existir son permanentemente limadas, ocultadas y depreciadas, la lectura de este epistolario provoca ese vértigo del que habla la octava carta a propósito de algo que, en la actualidad, tampoco y tan poco queremos oír: “Estamos solos”. Gracias a ello descubriremos lo que el poeta llama “vida propia”, “nuestro destino”, que sólo puede develarse tras acceder a lo hondo pensado en su radicalidad… LEER MÁS


EL KIERKEGAARD MÁS BREVE

Contrario a los sistemas filosóficos establecidos en su época, principalmente el de Hegel, Kierkegaard pensaba que la razón que pretendían imponer perjudicaba a la creatividad y singularidad de la persona, por lo que optó por pronunciarse en sentido opuesto, enfrentándose a la dificultad y manteniendo vivo el espíritu a través de la ironía. Conocido como el «Sócrates del Norte», se servía de ésta, al igual que el filósofo de la antigua Grecia, como un arma contra el todo normativismo. Se acaba de publicar una nueva traducción de Diapsálmata donde podemos disfrutar del Kierkegaard más breve en unas páginas llenas de encanto y humor. LEER MÁS


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