
La obra gráfica de Eko circula entre coleccionistas y amantes del arte de todo el mundo, ya sea por pedidos concretos o a través de subastas en sitios como el de Ashe Auctioners. Ha mostrado su obra en exposiciones por todo el mundo, como en la Universidad Göethe, la Universidad de Vittoria, el Musée Félicien Rops, el Museum of Contemporary Art de San Diego, el San Antonio Museum of Art, el Nouveau Musée National de Mónaco, el Museum der bildenden Kunste y el Kunsthalle de Viena, el Studio Guenzani de Milán, The Institute of Contemporary Art de Boston, The Pratt Institute de Nueva York…
Una de las obsesiones temáticas de Eko, el sexo, le ha permitido concebir algunas de sus obras más emblemáticas, caso de la serie con Denisse como protagonista, aunque también le ha acarreado (sobre todo en México, su país de nacimiento y residencia) múltiples problemas con la censura y parte de la opinión pública. Ello, lejos de amilanarle, le ha espoleado a seguir poniendo el buril en la llaga de la falsa moralidad y la hipocresía rampante. “Cuando con más vehemencia censuran mis dibujos, y con más furia los castigan, me doy cuenta de que esas personas de verdad se sintieron excitados o provocados por ellos. El censor más virulento siempre es el más depravado”, dice Eko.
Insiste Rueda en que “Eko no es un artista fácil. Sus dibujos y grabados, plenos de maestría, son crueles y sin ambages, tal y como la fantasía lo dicta. El erotismo no son sólo dos cuerpos amándose entre aromas de incienso y ámbar, también son las pesadillas y obsesiones de las que el hombre y la mujer inconfesadamente se hacen acompañar: imaginar el nacimiento de Minotauro pero esconder la imagen de Pasifae acoplándose con el toro venido del mar es hipócrita. Eko no se arredra y nos muestra que el amor y la carnalidad pueden ser tan ruines como cualquiera de los sentimientos humanos”.
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Ex-libris de Lady Macbeth, por Eko |
Entre sus obras se encuentra la colección de ex-libris, grabados en cobre, que Eko está creando desde hace varios años. Medusa, Medea y Madame Bovary son algunos de los personajes a los que ya ha rendido tributo. “En ellos ensaya con nuevas y antiguas técnicas de tallar, de atacar con ácidos, de retrabajar los distintos momentos de la placa y con ello no sólo regala su arte, sino recupera y actualiza la tradición del grabado. Eko es un muchos sentidos un artista renacentista que a través de personajes arquetípicos y de su trabajo por mostrárnoslos recupera la esencia (y las pulsiones) del ser humano y las muestra sin objeciones, haciendo que veamos de frente a nuestros fantasmas obsequiándonos la posibilidad de lidiar con ellos”, apunta Rueda.
Pero si una obra descuella poderosamente en el corpus creativo de Eko son sus “Aforismos y máximas”, reunidos en un libro publicado en México en 2011 y que reúne 365 grabados a punta de cuchillo, en un provocativo ejercicio de lo que el autor llama “bibliomancia”. El proyecto consiste en brindar al lector una suerte de oráculo, al estilo del I Ching, de manera que pueda obtener una guía para el quehacer cotidiano consultando una lámina diaria. Este libro, todavía no disponible en España, ha conocido un enorme impacto internacional, y se espera que en breve pueda estar al alcance de todos los lectores y amantes de la obra de Eko en una edición asequible.
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¿ES LA BIBLIOFILIA UNA ENFERMEDAD?
Manía, obsesión, enfermedad... demasiadas veces se ha querido asociar la bibliofilia con un transtorno de la personalidad, cuando ante todo se trata (etimológicamente, al menos) de una pasión, de un afecto: de un amor. Más allá del furor coleccionista y la codicia acumuladora, el bibliófilo es, más que cualquier otra cosa, un devoto enamorado, y lo es de un objeto material, bello en su forma, cuidado en su confección y perfecto en su contenido. Icono del más alto saber, el libro se muestra ante los ojos del bibliófilo como un dechado de virtudes que lo hacen digno de culto. ¿Cómo va a ser eso insano? LEER MÁS
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