Ismael Pérez.- La joven
editorial sevillana Cypress Cultura acaba de reeditar Sobre el viejo humanismo, una valiosa obra, hace ya tiempo agotada,
del profesor y ensayista García Gibert, publicada en 2010 por la Editorial
Marcial Pons. El autor complementaba con esta obra –ahora corregida y
actualizada para la ocasión- la revisión que casi diez años antes había llevado
a cabo sobre la tradición judeo-cristiana en su meritorio Con sagradas
escrituras. Diez ensayos sobre literatura bíblica, reflexionando sobre la
otra parte de nuestro legado occidental: el humanismo que hunde sus raíces en
la tradición clásica.
Como se
afirma en el Prólogo de esta obra, felizmente recuperada, y con la intención de
precisar los términos sin ambigüedad posible, el autor entiende por humanismo
“la tradición de una larga sabiduría, vertida por escrito, que tiene sus
orígenes en la cultura greco-latina y en el posterior elemento catalizador
cristiano y cuyo propósito no es otro que el ennoblecimiento armónico del ser
humano en sus facetas ética y estética, existencial y espiritual”. Teniendo
esto presente, el libro despliega, con claro e inequívoco estilo ensayístico,
una aleccionadora “exposición” histórica sobre los nombres y las aportaciones
más significativos que, desde la antigüedad clásica hasta el siglo XX, han
contribuido a construir, fijar o interpretar los rasgos esenciales de esa
tradición que constituye el “viejo humanismo”, pero también un seguimiento de
los elementos corruptores que han ido minando o disolviendo dicho legado desde
el principio mismo de los tiempos modernos (en los siglos XVI y XVII). La
exposición examina los temas y los asuntos en el marco cronológico en el que
aparecen, aunque no escasean remisiones a la actualidad para reflexionar, a
menudo en forma de contraste, sobre la incidencia o el tratamiento
contemporáneo de dichos temas. En este sentido, la exposición se lleva a cabo
desde el punto de vista –o el punto de fuga- de nuestros días, lo cual, desde
luego, no quiere decir que se asuman los presupuestos de la “modernidad”.
Porque, tal
como consta en el subtítulo de la obra, el libro consiste asimismo en una
argumentada “defensa” de aquella tradición que adquiere por momentos un tono
combativo tanto frente a los permanentes ataques de que han sido objeto los
principios humanísticos a lo largo de la Historia como, sobre todo, frente a
los falsos amigos o malas interpretaciones que la tradición humanística -y el
propio concepto de “humanismo”- soportan en la actualidad. Uno de los
propósitos mayores del libro es, en efecto, el desenmascaramiento de ese
supuesto “humanismo de la modernidad”, que es heredero de la Ilustración y que
es más bien un “humanitarismo” que conculca algunos de los principios más
arraigados del viejo humanismo. Porque el humanismo no habla, por ejemplo, de
racionalismo sino de racionalidad, de tolerancia sino de antidogmatismo, de
libertades sino de libre albedrío e independencia de juicio, de progreso sino
de perfeccionamiento individual, de igualitarismo sino de paridad de las almas
bellas por encima de su condición o de su origen social... En apariencia quizá
son sutiles diferencias conceptuales, pero suponen un abismo en cuanto a los
principios y las consecuencias. El impagable epígrafe sobre el concepto de
“discriminación”, dentro de la reflexión que establece el autor entre términos
“tabú” y términos “talismán” es enormemente revelador de tales equívocos.
Esta
sibilina confusión entre nociones y principios “humanitarios” y nociones y
principios verdaderamente “humanísticos” no ha hecho sino acelerar la
desaparición silenciosa de la rica y exigente sabiduría del “viejo humanismo”
–una sabiduría que dotaba de Orden y de Sentido a las creaciones y aspiraciones
humanas- y su sustitución por las consignas y los estímulos de la sociedad
contemporánea, que, aunque vociferante de nuevos dogmas políticos y sociales,
no parece en absoluto desgarrada ante el vacío metafísico y el absurdo existencial
en el que se sustenta (a eso responde el título del último capítulo de la obra:
“La tragedia del sinsentido”). Pero no todos están dispuestos a asumir sin más
ese desastre. No lo está, desde luego, el autor de este libro, y así lo
advierte en el mismo Prólogo: “También es hoy difícil el silencio para algunos, o
limitarse a templar gaitas, ante los planteamientos anti-humanísticos –o lo que
es peor: falsamente humanísticos- del vigente imperialismo ideológico de lo
políticamente correcto. No ignoramos que con esta actitud muchas puertas se
cierran ante este libro, pero eso no importa si también se le abren algunos
corazones.” Esta confianza que así manifiesta García Gibert de encontrar
todavía espíritus cómplices en el rescate de una tradición, mentes libres de
los clichés ideológicos imperantes, buscadores insatisfechos ante el carácter
banal y prosaico de las devociones modernas, creemos que está plenamente
justificada. Así lo demuestra la voluntad de Cypress Cultura de reeditar la
obra.
Sobre el
viejo humanismo es, en definitiva, un ensayo de hipnótica lectura
para el lector interesado en los estudios culturales, un trabajo ambicioso y
decantado, de amplio recorrido, que, a despecho de su vocación hermenéutica y
de su pasión intelectual, no deja de ser un análisis objetivo de los hitos y
los postulados que han ido conformando –no sólo filosófica y literariamente,
sino también emocional y simbólicamente- la tradición que se estudia. En este
sentido una de las intenciones didácticas más firmes del libro –como confiesa
García Gibert en su expresivo Prólogo- es recordar la existencia del canon
humanístico (que no es muy distinto, en último término, del cada vez más
desatendido “canon” de la cultura en Occidente) y reflexionar sobre la contribución
específica que sus más grandes hitos –autores y obras- han ido aportando a la
tradición que ese canon encarna y representa. Una simple ojeada al muy
sugerente e ilustrativo índice de la obra nos revela la verdad de ese propósito
y augura ya mucho del interés y aprovechamiento –y, en muchos casos, la
adhesión vehemente- que el lector podrá encontrar a lo largo de sus páginas.
JAVIER GARCÍA GIBERT, SOBRE EL VIEJO HUMANISMO. EXPOSICIÓN Y DEFENSA DE UNA TRADICIÓN, Cypress Cultura, Sevilla, 2024, 426 páginas.