El futuro de los libros

Reynaldo Lugo.- El libro en papel es un objeto que tú adquieres y atesoras, que comparte contigo la cama, los días buenos y te hace menos infeliz en los malos. Es un amigo siempre a mano, lleno de notas que te recuerdan lo que pensabas hace veinte años. En cambio, es algo que habría que ir olvidando, como olvidamos los coches tirados por caballos y como también tendremos que ir olvidando el concepto de soberanía. Si por mí fuera, trataría de impedirlo; pero sería inútil. El hombre es presa de las llamadas nuevas tecnologías, que barren con todo lo concebido a escala humana. Es el mundo que viene, que ojalá no llegue a ser el mundo de Terminator.

Hoy por hoy, cuando ya se puede hablar de una decadencia del libro impreso, que obliga a hacer aquellas piruetas a la industria editorial, las nuevas tecnologías son una opción creciente para los lectores; entre otros motivos porque para leer un título sólo tienen que quererlo, apretar una tecla y recibirlo en casa a un precio mucho menor; aunque tal vez no ésa una elección por el precio sino porque la gente vive dependiente para casi todo de las nuevas tecnologías y eso no se puede revertir. Es una pandemia.

Aún dentro de ese mundo de ciencia ficción en que vivimos, también creo que una elevación cuantitativa y cualitativa de la lectura, facilitada por las nuevas tecnologías, podría suponer un beneficio para la cultura, la información y el pensamiento más allá de la fiebre de la noche del sábado, que permita crear el antídoto para vivir como seres superiores en una sociedad tecnológicamente muy avanzada.


¿INVERTIR EN LIBRO ANTIGUO ES UNA BUENA IDEA?

Ahora que la inversión en bolsa se ha convertido en lo más parecido a la ruleta (rusa), hay quien puede estar tentado de depositar su dinero en un bien tangible, de un valor probado y con expectativas de generar en un futuro más o menos próximo un rédito suficiente: arte, antigüedades... ¿por qué no libro antiguo? De siempre, los libros han sido vistos como un depósito de confianza, de valores seguros e inmutables. Ahora bien, ¿tanto como para invertir en ellos los ahorros familiares? Traemos a escena opiniones autorizadas sobre la materia, tanto a favor como en contra, para general orientación. LEER MÁS

¿ES LA BIBLIOFILIA UNA ENFERMEDAD?

Manía, obsesión, enfermedad... demasiadas veces se ha querido asociar la bibliofilia con un transtorno de la personalidad, cuando ante todo se trata (etimológicamente, al menos) de una pasión, de un afecto: de un amor. Más allá del furor coleccionista y la codicia acumuladora, el bibliófilo es, más que cualquier otra cosa, un devoto enamorado, y lo es de un objeto material, bello en su forma, cuidado en su confección y perfecto en su contenido. Icono del más alto saber, el libro se muestra ante los ojos del bibliófilo como un dechado de virtudes que lo hacen digno de culto. ¿Cómo va a ser eso insano? LEER MÁS

EL LIBRO QUE NADIE PUEDE LEER

Es, quizás, el libro que más misterios guarda entre sus páginas. Se trata del único manuscrito de origen medieval que no ha conseguido ser descifrado hasta ahora. Escrito hace unos 600 años por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible, el Manuscrito Voynich se ha convertido en el Santo Grial de la criptografía histórica, aunque los detractores de esta obra defienden la teoría de que el libro no es más que una secuencia de símbolos al azar que carecen de sentido alguno. Invención o realidad, lo cierto es que el Manuscrito Voynich fascina hasta a los más escépticos. LEER MÁS